Eugenia María Flores es una bióloga y educadora que obtuvo sus grados académicos como bachillerato y licenciatura en la Universidad de Costa Rica, su Magister Scientiae (Agricultura) en la Universidad de Chapingo, México y su Philosophy Doctor (Biología) en la Universidad de California, Estados Unidos.
Fue ministra de Ciencia y Tecnología en la administración del 2006-2010, además fungió como miembro en la Comisión de Ciencia y Tecnología, Naciones Unidas, Ginebra, Suiza, en representación del Gobierno de Costa Rica.
Flores ostentó cargos como presidenta del Consejo Director del Ente Costarricense de Acreditación, presidenta del Consejo Centroamericano de Ciencia y Tecnología, así como presidenta de la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica (dos periodos).
A lo largo de su trayectoria ocupo otros puestos como miembro del Comité que formuló el Plan de desarrollo en Ciencia y Tecnología del Gobierno de Costa Rica, así como investigadora del Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA), Universidad de Costa Rica e INISEFOR (Universidad Nacional), sumándole también una carrera en la docencia de esa misma Universidad, de hecho, fue directora de Biología de la UCR.
Esta destacada bióloga se desarrolló en el área de la Botánica, especialidad en estructura y función vegetal, aunque su segundo énfasis fue en biosistemática.
“Descubrir el misterio de una naturaleza cambiante, que se renueva a sí misma. La sorpresa del nuevo hallazgo. Esto me hace feliz, me renueva día a día. Como persona, mi profesión ha intensificado el sentido crítico que mis mentores promovieron durante mis años de estudio. Esto me ha permitido resolver satisfactoriamente muchas situaciones críticas, a lo largo de mi carrera”, manifestó.
Flores también ha participado en muchos talleres, foros y demás actividades, como la Conferencia Preparatoria para la VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Santiago de Chile, además fue coordinadora y participante en el Simposio Contaminación de la Ciudad de San José de la Academia Nacional de Ciencias en Costa Rica y coordinadora y participante en el Simposio La Cumbre de la Tierra, Las Perspectivas para Costa Rica de la Academia Nacional de Ciencias y los Ministerios de Ciencia y Tecnología, Ambiente y Energía, Cultura, Juventud y Deportes.
De los principales retos que enfrentó como profesional y mujer fueron diversos: a nivel personal, compaginar la vida familiar con la vida profesional y como profesional, dejar una huella, en un mundo y un área que no es neutral; que discrimina de forma abierta o sutil, usualmente minimizando el trabajo que se realiza, o disminuyendo a la mujer, incluso llegando al ataque personal. Usualmente la crítica tiene un fundamento falso, y muchas veces es deliberadamente malintencionado.
“Porqué hay pocas mujeres en las ciencias, dos razones fundamentales, los patrones culturales y el desastre educativo, especialmente en el área de ciencias. Este es un tema prioritario para el país”, comentó.
Por otra parte, esta bióloga dejó un mensaje poderoso para las mujeres profesionales.
“Crean en ustedes mismas, en su capacidad, y deben estar dispuestas a luchar por la consecución de sus metas y sueños. Hay que entender que el mundo en general no es fácil, incluido el académico y profesional; tampoco es justo. Pero lo cierto es que es posible salir adelante con fuerza de voluntad y perseverancia. ¿Qué es una lucha? Sí. ¿Qué se pueden perder batallas? También es cierto. Pero al final se pueden alcanzar las metas. Y conste que no hablo de una lucha de sexos. Nada más lejos de mi pensamiento. Con frecuencia, y lamento decirlo, las mujeres son menos solidarias que los colegas varones. No conviene ampararse o utilizar la condición femenina para obtener las metas; eso opera en contra de las mismas mujeres, y de su lucha por ser reconocidas como profesionales. No, se trata de trabajar arduamente para lograr las metas y se puede. El mundo que enfrentan hoy dista mucho de ser igualitario, pero hay que reconocer que es mejor al que existía décadas atrás. Dependerá de las mismas mujeres, quienes son madres, hermanas o hijas, el contribuir a cambiar los patrones culturales que conducen a la desigualdad de deberes y derechos”, expresó.
Y a las niñas y jóvenes interesadas en las ciencias les dijo “que la ciencia y la tecnología son un mundo fascinante que siempre trae sorpresas nuevas y nunca engaña. Las cosas son o no son. No hay tal vez, y tendrán una vida feliz y plena, que no consigue el poder ni el dinero”, concluyó.