Helena Molina Ureña 

Helena Molina Ureña es bióloga formada en la Universidad de Costa Rica y se especializó con una maestría en Oceanografía Biológica de la Oregon State University, y obtuvo su Ph.D en Biología Marina y Pesquerías en la  Universidad de Miami.

A lo largo de su trayectoria ha trabajado con peces, especialmente marinos.  Cuando regresó de sus estudios en el extranjero trabajó desde el enfoque oceanográfico al estudio de ictioplancton, y desde el enfoque de Ecología Pesquera a los estudios de ecología de peces arrecifales, pesquerías artesanales tropicales, e invasiones biológicas en las costas de Costa Rica.

Molina ha laborado en proyectos de diversa índole. Inició como consultora en el sector privado para estudios de impacto ambiental en aguas continentales. Por otro lado, también trabajó en un paquete de transferencia tecnológica para el cultivo de tilapia en jaulas flotantes, el cual tuvo como componente primordial un proceso participativo con miembros de comunidades rurales de El Castillo y Nueva Tronadora, que marcó su vida profesional y personal para bien.

Posteriormente, ingresó como docente a la Escuela de Biología, y como investigadora al CIMAR. En sus primeros proyectos, lideró el componente de Uso Público en Planes de Manejo para varias Áreas Silvestres Protegidas de Costa Rica, incluyendo Parques Nacionales y Reservas Biológicas en ambas costas y en tierras altas.

Ha participado en investigaciones de ictioplancton (Bahía de Puerto Limón, Golfo de Nicoya y Golfo Dulce), ecología y reclutamiento de peces arrecifales en Golfo de Papagayo y en el Arrecife Mesoamericano (Caribe de América Central), censos visuales de peces de arrecifes coralinos en Los Cayos y Dry Tortugas (Florida), así como en estudios pesqueros en asocio con el sector pesquero artesanal (G. Dulce), recuperación de ictiofauna continental post-terremoto de Cinchona (cuenca del río Sarapiquí) y efectos de invasiones de peces marinos en aguas costeras nacionales (Caribe), entre otros proyectos.

“Mi desarrollo profesional y académico ha ido muy de la mano con mi crecimiento personal, y viceversa.  Aprecio profundamente todas las oportunidades que se me han presentado de colaborar con la gestión sustentable de los recursos marinos, trabajar con las comunidades y agrupaciones costeras (y de otras regiones del país) en procesos participativos, y de trabajar en conjunto con las entidades estatales y locales para ayudar en la toma de decisiones sobre la gestión costera sustentable”, comentó la bióloga.

Molina agregó que ha visitado el Cerro Chirripó en dos ocasiones, y la Isla del Coco también dos veces, además ha estado a 1024 metros de profundidad frente a Quepos en el submarino Alvin y nueve veces en el submarino DeepSee en Golfo Dulce.

Cabe destacar que esta profesional ha participado en cruceros e inmersiones submarinas de investigación en Golfo Dulce (M/V Undersea Hunter y DSV DeepSee (peces de profundidad), fondos marinos de la plataforma continental de Costa Rica (R/V Atlantis y DSV Alvin), Cayos de Florida (M/V Spree, peces arrecifales), Isla del Coco (M/V Okeanos y Barco de Investigación UCR Searcher),  aguas costeras del Pacífico costarricense (RV Victor Hensen, ictioplancton), Pacífico Ecuatorial (R/V Gyre, tortugas marinas), aguas costeras de Hawái (R/V Townsend Cromwell, ictioplancton), Océano Pacífico Norte (R/V Wecoma, peces de profundidad), y muchas embarcaciones de pequeña eslora para estudios costeros.

Su trabajo en la Universidad de Costa Rica le ha permitido hacer investigación científica, docencia y acción social en diferentes etapas de su vida. Cada actividad realizada le ha dado enormes satisfacciones, al sentir que aporta un granito de arena para el mejoramiento local y global de la calidad de vida de las personas.

Retos de una mujer profesional en las ciencias biológicas

“En algunas ocasiones sí he sentido ciertos niveles de discriminación, sobre todo en el sector privado. En primaria, secundaria y aún en el doctorado, fui objeto de hostigamiento (“bullying”), aunque solo en una ocasión sentí que fuera por asuntos de género. También he sido objeto y he visto casos de acoso sexual en el entorno académico. Esto crea mucha inseguridad en las propias capacidades de cualquier persona, y es una de las barreras personales que se deben superar”, manifestó Molina.

La docente también comentó que ahora la profesión de biólogo tiene mayor proyección, y se ha ampliado a áreas emergentes de enorme valor, los estudiantes son más conscientes de la importancia de la transdisciplinaridad, pero en muchas consultorías, suele considerarse al biólogo como un subordinado, sin posibilidad de liderar un proyecto y si se  agrega el tema de género, es aún más difícil encontrar biólogas en posición de liderazgo, pero la muy buena noticia es que muchas mujeres han ido rompiendo el paradigma y han ido abriendo camino.

“Es importante tener un trabajo que sea motivador, que nos empodere, que nos permita aportar a nuestra comunidad local, nacional y global. Las áreas STEAM (que incluye artes también), suelen ser dominadas por los hombres en el campo profesional, aunque en las carreras a veces hay más mujeres que hombres estudiando. Lo importante es nunca sentirse menos ante los detractores, y trabajar con la pasión que las llevó a estudiar la carrera que seleccionaron. Apoyen como mentoras o como modelos de ejemplo a las niñas y jóvenes que muestran interés en estos temas, estimulen la curiosidad y los deseos de aprender. Ser asertivas no es fácil, pero se puede ir empoderando a las mujeres para liderar procesos. Los equipos interdisciplinarios abren muchas puertas para abordajes con enfoques y aplicaciones muy variadas”, tildó la profesional.

Por último, Molina, dejó una frase poderosa para las niñas y adolescentes interesadas en la ciencia: “Y, sobre todo, crean en sí mismas siempre, tenemos un manantial inagotable para generar conocimiento y soluciones”.